lunes, 24 de septiembre de 2012

CUANDO JALTA LA EDUKASION


Escribe: Feizar Arévalo
Cualquier parecido con alguna           realidad, es sencillamente una           indeseada coincidencia.

Muchas veces y en casos del            diario vivir, de qué nos sirve el título de “dotor” colgado en las orejas o un   cartón en la                    pared con un título muy bonito, si cuando se requiere                           demostrar de qué  estamos           hechos, nos  falta educación,              decencia y testimonio de ética y valores.
Y es que si  a este pequeño             problema de personalidad, le                sumamos el ego de un poco de               poder: es entonces cuando ni la          urbanidad de Carreño, ni los                principios morales, éticos,                 sociales, ni las normas, ni la       constitución con todos los                derechos que declara, logran que algunos “reyezuelos” con          ínfulas de tiranía,  dejen de ver y        tratar al pobre, al menor de edad, al subordinado, al campesino, al       contradictor, al que intenta         surgir, al que no quiere callar y al resto del mundo con mirada y             escrúpulo de bacteriólogo. (Es decir creyendo que los demás son m…..)
Lastimosamente en este                  pequeño Macondo, donde          perdemos la memoria constantemente, subyacen al parecer          reductos “Chavistas” que no logran imponer la razón o el           testimonio de sus vidas y tienen que acudir  al grito, a la amenaza o a la presión solapada para alcanzar sus propósitos. Donde su palabra es verdad absoluta, así esté totalmente equivocada.  Donde la educación, es una          materia pendiente. Donde está vetado pensar y opinar. Donde  el fin justifica los medios, no               importando a veces que el            pueblo tenga que soportar     nuestra espuela en sus espaldas. Y ahí si, como dijo el  camello: “hay mucho de-cierto” al            parecer quienes conservan un poco de educación, son quienes no la predican. Los que aun encuentran en el pobre la humildad  y los padecimientos de nuestro Cristo; los que ven en el niño la inocencia de la verdad; los que entienden  en el subordinado una visión diferente, los que          saben que en el trabajo           honrado y sin pretensiones se      encuentra felicidad; los que               hallan en el contradictor la critica que nos hace falta para ser cada vez mejores; los que ven el que se supera un ejemplo a seguir  y  quienes  respetan en quien no calla el derecho a expresar  lo que ven, piensan y creen.                                            Finalmente, recordemos:

“Mejor es adquirir sabiduría que oro precioso,
Y adquirir inteligencia vale más que la plata.”

Antes del quebrantamiento es la soberbia,
Y antes de la caída, la altivez de espíritu;
Mejor es humillar el espíritu con los humildes
Que repartir despojos con los soberbios”
Santa Biblia. Proverbios  Cap. 6 Vs 16,18 y 19




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